dimecres, 2 de juliol del 2014

Sálvala tu, que ella no puede

Camina decidida, severa y tranquila. Mirando al frente, con la cabeza alta. Sin dar a entender superioridad, solo seguridad en si misma. Aunque ella sea todo lo contrario, indecisa, afable, nerviosa. Intentando evitar el contacto visual, intentando no dejar la cabeza gacha. Intentando hacerse respetar, derrochando seguridad fingida en si misma. Y la ves, caminando entre los pasillos, sintiéndose sola en un sitio con tanta gente. Mostrando esos blancos y relucientes dientes, con una sonrisa de oreja a oreja. Y con todo ese maquillaje que oculta su palidez, sus ojeras, que la oculta a ella. Se une a su grupo, intentando colarse en la conversación, intentando bromear y reír los chistes mas malos. Solo por disimular. Disimular su pánico a entrar en ese lugar, sus pesadillas, esas voces, su envidia a las otras chicas, las largas noches en vela, llorando sin consuelo. Mírala, mírala a los ojos y pregúntale que pasa. Seguramente te responderá con un sencillo y rotundo "nada", pero tu, observala, observa sus pupilas, sus párpados cansados, observala porque esta deseando que le salven. Porque ella sola ya no puede, porque esta sola, indefensa, y ella lo sabe. No aceptes un no por respuesta de ella, síguela, pero sin agobiarla, observala, pero sin intimidarle, sálvala, pero no tardes. 

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