dilluns, 21 d’abril del 2014

Nunca entenderás que...

Un dolor atormentador reina en mi cabeza. Mis ojos, ligeramente humedecidos y enrojecidos, dan a entender mi cansancio. Una morada sombra decora mis párpados inferiores. 
Hombros cansados y ligeramente inclinados hacia delante reflejando cansancio a causa de muchas noches en vela. Cabellera descuidada y apariencia desaliñada. Como si mi cuerpo no tuviese ganas. Ni gota de mínima motivación. Respuestas con monosílabos son lo único que sale de mi boca. Las frases más largas que formo suelen ser mentiras como "estoy bien", "no importa", "me da igual"... 
Y ahora, me siento tan pequeña. Tan frágil. No se que estaría pensando cuando dije que todo iría bien. Quizás me sobraba fe y esperanza y mancaba de miedo y preocupación. Ya no hay vuelta atrás. No se puede arreglar nada. Todo es un completo desastre. Incluida yo. Yo soy el desastre. Si pasarse los días fingiendo felicidad es algo bueno, vaya, que bien lo debo hacer. Es increíble lo que puedo llegar a engañar con una sonrisa. Nadie se fijará en el dolor y el sufrimiento que esta oculta. Y aunque ese es mi objetivo, yo se que necesito ayuda. Aunque la rechace.  Estoy harta de esta fachada que me he construido yo misma. Chica fuerte, insensible y fría. 
¿Fuerte? Eso es lo que ven. Pero desde luego que de fuerza no me queda ninguna, yo he dejado de ser fuerte. 
¿Insensible? He pasado tanto tiempo ayudando a otras personas sin prestarme atención a mi misma que creo que soy la persona más sensible y débil de este mundo ahora mismo.
¿Fría? Bueno, quizás si. Si algo bueno saco de toda esta mierda es que la venganza se sirve en plato frío. Y mi venganza no es otra que la más mínima posible comunicación o roce con cualquier persona que me ha hecho sentirme lo peor alguna vez. Y mi frialdad consiste en respuestas cortantes, sinceras, sarcásticas y que van directas al punto débil. Yo no voy a pagar más daños.
Quizás no me rompa delante de todos ni arranque a llorar delante de los que me rodean. Pero te puedo asegurar que desde hace un tiempo no ha habido noche sin llanto, tarde sin miedo y mañana con ganas de empezar un día. 
Y es que detrás de esta sonrisa, se esconde algo que nunca entenderás.

dimecres, 2 d’abril del 2014

Poco a poco

Recuerdo los días más felices de mi vida. Tampoco fue hace mucho. Pero queda tan lejano. Es bonito mirar atrás y recordar cosas. Es raro como siendo tan grande me siento tan pequeña. Y simplemente era una niña. Con ganas de crecer pero siempre ser una niña. ¿En que estaría yo pensando? He crecido y me he dado cuenta de cosas. De quien sigue a a mi lado, de como las personas cambian, de como he cambiado. Y es así, no hay vuelta atrás. Melancolía. Eso es, sí. Es  increíble como pasa el tiempo tan rápido. Pero a la vez tan lento. Hay gente que ansia con crecer y dejarlo todo atrás, yo, en cambio, lo echo de menos.  Algunos le llaman "pasado", yo prefiero llamarle lucha. Aun tengo heridas por curar y cicatrizar.  Algunos recuerdos me hacen sonreír, otros son indiferentes y muchos de ellos me persiguen y duelen como el primer día. Aun recuerdo risas, criticas y desprecios. Y les doy las gracias a todas esas personas que alguna vez me hicieron sentirme lo peor, vosotros me habéis hecho fuerte. Y es que de tantas veces que he caído, el suelo se me ha hecho cómodo.  Pero alguien me dijo una vez que si te caes diez veces, te levantas once. Y que los errores no son más que lecciones. Porque todos tenemos malos momentos. Momentos en los que desaparecer sería la mejor opción. Momentos en los que quieres dormir y no despertar. Momentos en los que quieres empezar lejos. Tan lejos que nadie pueda encontrarme.  Donde nadie pueda oírme. Pero va siendo hora de levantarse. Hacerme de hierro. Irrompible. De hacerme escuchar. Es la hora de gritarle al mundo que yo puedo con todo y más. Dar dos puñetazos al aire y levantarme de un salto. Yo se que puedo salir de esto. De la mierda de donde sea que este. De cualquier problema. Y si algo he aprendido durante todo este tiempo, es que el tiempo no cura.

El tiempo te hace fuerte.